Editorial: Bruño
Páginas: 411
ISBN: 978-84-216-8555-6
Sinopsis: Nada resulta capaz de alterar el estricto e injusto orden establecido en Atherton: arriba están las Tierras Altas, un lugar de increíble belleza desde el que unos pocos privilegiados controlan el agua del planeta; en el nivel medio se encuentra la plantación en la que humildes trabajadores –hombres, mujeres y niños- cultivan lo necesario para vivir; y abajo están las Tierras Llanas, un extenso y árido territorio lleno de monstruosos peligros al que es mejor no acercarse. Sin embargo, todo empieza a cambiar cuando Edgar, un huérfano de la plantación, descubre un viejo libro que le revela asombrosos secretos: que nada en Atherton es lo que parece, que sus tres mundos se están convirtiendo en uno solo, y que el misterio de su origen está a punto de desvelarse.
Mi opinión: Este es un libro que refleja muy bien un modelo de sociedad dividido en estamentos, igual que en la Edad Media, o igual que en la actualidad, solo que ahora no lo llamamos así. La clase gobernante se encuentra en lo más alto, en las Tierras Altas, y controla toda la sociedad del Altiplano, donde las demás personas trabajan para ellos. En una sociedad así siempre hay dominantes y dominados…
Voy a hablar un poco de los personajes. Admiro mucho la valentía de Edgar, siendo como es un chaval de tan solo trece años. Bueno, me corrijo, admiro la valentía de todos los niños del Altiplano. Resulta increíble que sean unos niños los que tengan que convencer a sus padres de organizar una rebelión, en vez de pensar los adultos en levantarse contra sus opresores.
Para finalizar, me quedé muy sorprendida al descubrir que el gran creador de Atherton había sido un científico loco de cuyo paradero nadie sabía nada. Esto da mucho que pensar. En ocasiones las mentes nubladas por la locura pueden ser más brillantes que la de los mejores científicos cuerdos que se conozcan.
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