Reseña "En el país del arte. Tres meses en Italia"

Autor: Vicente Blasco Ibáñez

Editorial: Ediciones Evohé

Páginas: 271

ISBN: 978-84-15415-03-9

Encuadernación: Rústica con solapas

Sinopsis: Este no es un libro de viajes escrito por un novelista, pero es un libro de viajes escrito por un novelista. Y aunque parezca un acertijo lógico, comprender en qué sentido lo es y no lo es nos dará la clave del texto. No nos encontramos ante el ocio de un literato que se dispone a hacer una peregrinación estetizante al estilo de Goethe o Stendhal; no obstante, es un recorrido de ciudades emblemáticas, y su autor impregnar las páginas de reconstrucciones narrativas y descripciones brillantes, como solo puede hacerlos quien ejerce su oficio con soltura. Blasco, además, se enfrenta a este deambular inesperado desde la tensión vivencial y política que envuelve sus afanes en esos momentos, por lo que mira, observa y relata a partir de sus inquietudes sociales.

Mi opinión: Este es el primer libro que leo de este autor, y creo que también el primer libro de viajes. Vicente Blasco Ibáñez escribió esta novela tras el desastre del 98, en el que España perdió las colonias que le quedaban en América. Por sus fuertes ideas republicanas tuvo que huir a Italia, donde visitó las ciudades más emblemáticas de aquel país.

La primera ciudad por la que pasa es Génova, la “ciudad de mármol”, donde critica a la familia de Saboya y al palacio real de Génova por el mal gusto de la decoración. Milán es su siguiente parada. Los “catalanes de Italia” como a él le gusta llamar a los ciudadanos son en su mayoría artistas, con una gran diferencia económica entre ellos. En Roma, la Ciudad Eterna, disfrutará como un niño admirando las numerosas obras de arte que se muestran en los museos. En el Coliseo, nos hace una recreación de una pelea de gladiadores para el divertimento de la población romana. En el Vaticano contempla las obras de arte arquitectónico que se condensan creando una ciudad única, con el toque de la religión que impregna todos y cada uno de sus edificios. En Nápoles se recrea en la maravillosa puesta de sol contemplando a los que él llama los “andaluces de Italia” por sus costumbres bohemias. Más tarde, en Pompeya, la ciudad resucitada, mostrará una cierta sorpresa ante sus costumbres y la decoración de las casas que se conservan prácticamente intactas a pesar de la calamidad que las sepultó bajo las cenizas del Vesubio. Pasará por algunas ciudades más, de las que si queréis saber algo más tendréis que leer este libro.

 Esta es una novela completamente descriptiva, en la que la acción se reduce a los viajes que hace el autor en su paso por las ciudades de Italia. Se trata de una escritura muy descriptiva y detallada, como una cuaderno de viajes en el que el autor deja constancia de todo lo que ve y de todas las experiencias, ya sean buenas o malas.

Agradecimientos a Ediciones Evohé por el ejemplar.