No quiero crecer, quiero quedarme eternamente en Nunca Jamás
y volar por el cielo nocturno con Peter Pan. Surcar los mares en el Estrella de
la Mañana y escuchar el tic-tac de un reloj.
Caer por un agujero que me lleve a Wonderland, perseguir a un
conejo blanco… y tomar el té con un loco que dice ser sombrerero…
Entrar en el armario y descubrir un mundo nuevo. Caminar al
lado del felino que lo creó con su aliento candente.
Luchar en batallas por la Tierra Media y poseer el Anillo tan
codiciado.
Esperar en el andén 9 y ¾ la llegada del expreso que me
llevará a una escuela muy peculiar.
Sé que esto no durará eternamente, el tiempo seguirá su curso
inexorablemente. Lo único que tengo claro es que, mientras sigamos leyendo esos
libros que marcaron nuestra infancia, aquel niño que fuimos siempre estará
dentro de nosotros.